Jornal Internacional Espanhol

Distribución de alimentos y atención psicológica: prioridades en la recuperación de los afectados tras la DANA



La DANA de la semana pasada en València ha golpeado con mayor o menor fuerza a todos los eslabones de la cadena agroalimentaria, que intenta reponerse como puede y colaborar para atender las necesidades básicas de la población.

Los daños en el sector agrario son calificados como “catastróficos” por el sector y van desde cultivos aún pendientes de recolección (sobre todo cítricos, caquis, hortalizas y aguacates) hasta el siniestro de fincas enteras, infraestructuras, caminos, lindes, granjas, viveros, maquinaria y vehículos.

En la ganadería, se cuentan por miles los animales muertos que se están retirando de las explotaciones de porcino, ovino, equino y aves para evitar riesgos sobre la salud pública; y existe el problema añadido de llevar alimento a las granjas que han quedado incomunicadas.

En el parque natural de la Albufera (València), convertido en un vertedero de residuos, se ha paralizado la actividad de los pescadores.

Muchos de ellos se han puesto a disposición de la Guardia Civil como voluntarios, aunque reclaman ayudas para recuperar su modo de vida cuanto antes y tener ingresos.

Los sindicatos alertan de que el temporal también ha repercutido en la industria de manipulado, con muchos almacenes y plantas dañadas, mientras se siguen evaluando los daños y se trabaja para volver a poner en marcha las instalaciones.

Los transportistas denuncian que no se han incluido en las ayudas a los cientos de miles de vehículos dañados por la dana y exigen corredores permanentes específicos y más cobertura horaria para atender la cadena de suministro.

En cuanto a la distribución, hay establecimientos afectados y algunas plataformas logísticas, no solo de alimentación, con mayor y menor grado de afectación, que se irán volviendo a poner en funcionamiento a medida que avance la reconstrucción del resto de infraestructuras dañadas.

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La DANA también ha dañado cerca de un millar de negocios de hostelería del País Valencià, que podrán solicitar ayudas directas, avales del ICO y ERTE por fuerza mayor.

Patricia: “Nos encargamos de escuchar lo que necesita y pasar esa información al centro sanitario”

Además, en València llevan días trabajando en las calles, preguntando a quienes se asoman a los balcones y haciendo barridos por domicilios para comprobar que, aquellos que no hayan podido contactar con centros médicos, puedan ver cubiertas sus necesidades sanitarias. Patricia y Marta, enfermera y auxiliar de Barcelona, advierten a EFE: “Lo siguiente que va a hacer mucha falta son psicólogos”.

Hasta ahora su labor, junto a sus compañeros que han llegado a València para trabajar como voluntarios en distintas localidades afectadas por la DANA, ha estado centrada en atender, sobre todo, a pacientes crónicos (sintrón, diabetes, úlceras…) a los que no se puede prestar asistencia ahora desde los centros de salud.

“Buscamos gente que todavía no se ha podido poner en contacto con su médico y nos encargamos de escuchar lo que necesita y pasar esa información al centro sanitario”, explica Patricia, que añade que el seguimiento en este tipo de pacientes es básico.

Compaginan esta tarea con atender a quienes les paran por la calle porque ven su uniforme y les piden que le curen, por ejemplo, un corte o una herida infectada, algo que ocurre porque “hay aguas residuales y fecales y la gente se puede tocar la cara después de quitarse las botas llenas de polvo o secarse el sudor con las manos sucias”, lo que da lugar a erupciones y gastroenteritis, además de problemas respiratorios.





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