Jornal Internacional Espanhol

Fuga de policías del SUP a otros sindicatos tras el acuerdo con Desokupa para formar a agentes: “Se traspasó una línea roja”


El convenio que uno de los sindicatos mayoritarios del Cuerpo Nacional de Policía, SUP, firmó en agosto con el Club Desokupa para dar cursos de defensa personal a miles de agentes ha provocado la fuga a otras organizaciones sindicales de numerosos afiliados que rechazan el acuerdo con una entidad que utiliza métodos extrajudiciales para resolver supuestas ocupaciones ilegales de viviendas y a la que se vincula con la ultraderecha.

El caso más sonado ha sido el de Mariló Valencia, la oficial de policía que disputó la secretaría general de SUP en las últimas elecciones a quien lleva más de una década en el cargo, Mónica Gracia, la persona que ha firmado el acuerdo con Desokupa. Valencia estaba afiliada a SUP desde que entró en el cuerpo en 1999, era su máxima responsable en la provincia de Málaga desde 2017, fue la secretaria general en Andalucía e integrante durante cuatro años del Consejo de Policía, el órgano paritario de participación en el que están representados funcionarios y Ministerio del Interior. Totalmente en desacuerdo con ese convenio, dejó su sindicato de toda la vida y se ha afiliado a otro, la Agrupación Reformista de Policías (ARP), minoritario, pero con una de las propuestas ahora más progresistas del cuerpo.

“Con ese convenio se ha traspasado una línea roja que yo no voy a permitir como policía nacional”, dice a Público Mariló Valencia. Vídeos en los que el líder de Desokupa, Daniel Esteve, aparece animando a tirar piedras contra los policías que protegían el Congreso de los Diputados durante una manifestación, los métodos extrajudiciales que utiliza su organización para desahuciar viviendas supuestamente ocupadas de forma ilegal y sus vinculaciones ideológicas constituyen, a su entender, aspectos cruciales que deberían haber sido tenido en cuenta antes de firmar un acuerdo de colaboración para que esa entidad forme a policías.

“La Policía Nacional a la que representamos está inspirada en unos valores de servicio público y tenemos el deber y la obligación de cumplir y hacer cumplir la ley, líneas que distan enormemente de los métodos utilizados por la empresa Desokupa que pertenece al mismo propietario del Club Desokupa”, subrayó la ejecutiva provincial del SUP de Málaga, liderada por Mariló Valencia, en el comunicado que emitió en agosto para anunciar su dimisión tras el convenio que había firmado la dirección estatal del sindicato.

A esa dimisión siguió la baja del sindicato, una vez que la dirección estatal se negó a renunciar a un convenio que su secretaria general había calificado como “histórico” en el vídeo que se difundió del acto de la firma del acuerdo con la empresa de Daniel Esteve. “Esto es un plus, un más a más. Tenemos un problema en las calles, hay una violencia desmedida, la autoridad se ha perdido, los compañeros cada vez están más en riesgo. Y lo que queremos con esto es que se sientan más seguros”, proclamaba Mónica Gracia ante un exultante Esteve, que anunciaba cursos de defensa personal con 18 formadores y 500 policías cada uno.

La marcha de Mariló Valencia arrastró a otros compañeros, aunque el convenio con Desokupa ya había originado una crisis en Galicia, donde el comité provincial de A Coruña criticó duramente un acuerdo del que dijo sentirse avergonzado, y en Euskadi, cuyo secretario de organización dimitió del cargo por la “deriva ultra” del sindicato. Según Valencia, más de 200 afiliados de todas las escalas se han dado ya de baja del SUP y se han ido a otros sindicatos desde la firma de ese controvertido acuerdo.

El sindicato por la libertad sindical y contra la ley mordaza

La exmiembro del Consejo de Policía decidió afiliarse a ARP y, tras ella, han hecho lo mismo más de una veintena de antiguos militantes del SUP en Málaga, aunque ya le han llamado compañeros de otras provincias españolas para expresarle su intención de seguir los mismos pasos. Su nuevo sindicato es mucho más pequeño, no tiene representación en el Consejo, ni siquiera le dejan anunciarse en los tablones de las comisarías asignados a las organizaciones sindicales, pero a ella le convenció, dice, su forma de trabajar “negociadora, prudente”, y que hayan ganado en los tribunales causas relevantes para la defensa de los derechos de los policías.

Mariló Valencia
Imagen de Mariló Valencia cuando ocupó el cargo de secretaria general del SUP en Andalucía. Cedida

ARP es el sindicato que ha destacado en la defensa de la libre sindicalización de los más de 74.000 funcionarios que forman el Cuerpo Nacional de Policía, a quienes desde hace casi cuatro décadas se les prohíbe por ley afiliarse a un sindicato que no esté integrado exclusivamente por policías, algo que no ocurre en ningún cuerpo de seguridad local ni autonómico. También ha sobresalido en la defensa de la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida popularmente como ley mordaza, una reforma contra la que se ha manifestado la mayoría de los sindicatos policiales, así como en su postura favorable a la regulación del cannabis.

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El portavoz nacional de la Agrupación Reformista de Policías , Manuel Soler, ha asegurado a este periódico que hay “mucho movimiento” en Andalucía, Galicia, Guipuzkoa, València y Barcelona de afiliados del SUP en todas las escalas, incluso de la superior (comisarios), que se están pasando a su sindicato, o están a punto de hacerlo, tras el acuerdo con Desokupa.

“Eso es una señal de que están entendiendo el mensaje, que hay que cambiar las cosas, que hay que luchar por la libertad sindical. Y este proyecto, que es progresista, reformista, con una visión de futuro, se está viendo que es el sitio adecuado para miles de policías, que, después de 40 años, necesitan unas mesas diferentes de negociación, un sistema sindical nuevo en el que tengan los mismos derechos que el resto de los funcionarios del Estado”, explica Soler, quien hace años también fue afiliado de SUP.

Los cursos de Desokupa no han comenzado

Fuentes de SUP han asegurado a Público desconocer que haya afiliados de ese sindicato que se han dado de baja a causa del convenio con la empresa de Desokupa. Según una portavoz, que cita el caso de uno que tenía “carné del PSOE”, quienes se han ido lo han hecho por razones más bien políticas. “No queremos por ningún concepto politizar esto. Somos policías y no vemos la ideología del CEO de la empresa con la que se ha firmado el convenio. Todo esto se ha malinterpretado y politizado”, subraya.

Lo cierto es que los cursos de formación de defensa personal que se anunciaron a principios de agosto con la firma del polémico convenio aún no han empezado, según las fuentes del SUP, que recalcan que el sindicato es un simple “nexo de unión” entre la empresa que los va a impartir y sus afiliados, a quienes se les ofrece únicamente un descuento a la hora de pagar la cuota que les cobre Desokupa.

En un comunicado difundido días después de la polémica originada por la firma del convenio con Desokupa, el Sindicato Unificado de Policía señaló que entre sus objetivos figura “intervenir para garantizar el adecuado nivel de formación exigible a quieres integran la Policía Nacional”. “Este hecho ha sido realizado por este sindicato durante más de 40 años, no solamente a través de acuerdos con universidades, sino también con aquellos centros públicos o privados que pudieran beneficiar con su labor a los funcionarios policiales. Todo ello, con el fin de fomentar y mantener el prestigio de la institución policial, guiados exclusivamente por el beneficio que estas actuaciones pueden redundar en el conjunto del colectivo policial”, precisó SUP.

Sin embargo, quienes han criticado el convenio con Desokupa consideran que la formación que necesitan los policías se ha hecho y se puede hacer con otros profesionales. Mariló Valencia recuerda, por ejemplo, que cuando era secretaria de SUP en Málaga su comité provincial organizó cursos de defensa personal que impartieron expertos profesionales en esa disciplina. “Necesitamos que se organicen cursos en muchos ámbitos, porque la formación es escasa, aunque se ha incrementado en los últimos años, pero sin necesidad de recurrir a empresas como la de Desokupa”, recalca.

Ataques a la izquierda

En un vídeo publicado en Youtube para responder a la fuerte polémica desatada a raíz de la firma del convenio con el Sindicato Unificado de Policía, el responsable de Desokupa anunció que iban a formar a 100.000 profesionales, entre agentes y funcionarios de prisiones, y luego se desquitó así: “la izquierda de este país funciona de esta manera. Han intentado sacar hoy toda su mierda, toda su basura“. Ya durante la campaña de las últimas elecciones generales, esta misma organización exhibió una gran lona en el centro de Madrid con el siguiente lema: “Tú (con la foto de Pedro Sánchez) a Marruecos. Desokupa a la Moncloa“.

Mariló Valencia elude valorar si organizaciones sindicales policiales como Jupol, mayoritaria junto a SUP en el Consejo de Policía tras las últimas elecciones, o su anterior sindicato, con la firma del convenio con una organización como Desokupa, han entrado en una deriva hacia posiciones de la ultraderecha. Su posición al respecto es tajante: “no tenemos que jugar a la ideología, porque de esa forma estamos perdiendo los valores de la policía, que son a los que nos debemos”.

A su juicio, es un error que las reivindicaciones sindicales de estas organizaciones se hayan limitado últimamente a pedir la equiparación salarial con otros cuerpos policiales. Además de exigir un aumento de sueldo, hay que demandar más seguridad y mejores medios, recalca Valencia: “no puedes ir a pecho descubierto a una intervención. Necesitamos chalecos, defensas extensibles, vehículos”.

Su nuevo sindicato, ARP, sostiene que los policías únicamente podrán conseguir mejoras laborales y salariales si disfrutan de la libertad sindical que les permita defender sus intereses en los órganos de participación donde se deciden los avances para todos los funcionarios del Estado y donde ahora tienen vetada su presencia. “Si no tienen las herramientas para negociar, no se pueden alcanzar las mejoras que están pidiendo”, precisa Manuel Soler.





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